1. Escuchar
para saber.
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Para qué:
- Privilegiar el oído para descubrir mensajes.
- Ejercitar
este sentido para entender otras intenciones de los mensajes hablados.
ü
Qué:
- Identificar en los distintos tonos e inflexiones de
voz, los dos mensajes de la palabra hablada, lo que se dice y como se dice, con
enojo, dulzura, orden, bula, debilidad, entre otros, y con respecto a la
identidad, si es niño, niña, joven, anciano.
- Escuchar a
compañeros, a personas que hablan el mismo idioma pero con distintas tonadas y
ritmos para descubrir su origen: cordobés, colombiano, correntino, boliviano,
peruano, chileno, entre otros. Pueden tratar de imitar la cadencia, como forma
empática.
- Imitar e identificar los tonos, “la música de cada
idioma”, sin palabras. Los que tienen habilidad pueden hacer como si hablaran
en diferentes idiomas, otros dirán, es un alemán, es francés, es italiano,
entre otros. Diferenciar la letra de la
palabra.
2. Está
Cantando.
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Para qué:
- Poner
ritmo y rimas a algunos conocimientos puede hacer más divertido algo a
memorizar.
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Qué:
Se trata de dar información en canciones y poesías. O
de poner música y ritmo a algún material que requiera la memorización. La
música y el ritmo ayudan a la interiorización de lo aprendido y a recordar.
A los más pequeños les encantan las ritmas. Repiten y
repiten y piden que se les repita muchas veces el mismo cuento, la misma
poesía.
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